viernes, 31 de agosto de 2012

Una amarga despedida...

Siento como se me corta la respiración. La opresión en mi pecho, las lágrimas que empiezan a precipitarse de mis ojos como dos pequeñas cascadas. Trago saliva.
"No puede ser, debe ser un malentendido" pienso.
Le escribo, le pido que me lo explique porque no puedo creerlo. Le suplico con todas mis fuerzas que no lo haga, aún sabiendo que no es decisión suya. "Enviar".

¿Por que no contesta? Estoy tan confusa. Necesito esas respuestas ya... Le vuelvo a escribir pidiéndole un respuesta. "Enviar"... Solo ha pasado un minuto desde que le he enviado el mensaje anterior, pero para mi han simulado ser horas.
"Puede que solo vaya de viaje" pienso mientras espero una respuesta... o más bien lo deseo; Sí, deseo con todas mis fuerzas que lo haya interpretado mal, que no signifique nada.

1 mensaje nuevo.
Hago click lo más rápido que puedo. Observo impaciente como la rueda se carga. "Vamos, vamos"...
Por fin... leo sus palabras y no doy crédito a lo que ven mis ojos. ¿Es una despedida? Sí... posiblemente lo es, pero me cuesta leer con la vista nublada por el llanto. Sus palabras provocan mayor corriente en las cascadas que surcan mi rostro.
Coloco de nuevo mis manos en el teclado e intento escribirle lo que siento, pero mis dedos parecen tener vida propia y solo consigo formar palabras sueltas, simples palabras unidas por puntos suspensivos. "Enviar"

Intento volver a la calma, pero me resulta muy dificil. "Seguirás siendo mi mejor amiga, mi cherry, la chica que me comprende y me soporta en cualquier momento...". Sus palabras resuenan una y otra vez en mi cabeza.
El ambiente a mi alrededor se vuelve molesto, ajeno a la tristeza que se expande en mi interior. Me cubro el rostro con mis manos, aislándome de la realidad. Sumergiéndome en mis apenados pensamientos...

1 nuevo mensaje.
Intenta quitarle importancia a la situación, insiste en que seguiremos en contacto, en lo muy agradecida que está y en lo mucho que me quiere...

Más lágrimas en mis mejillas, mayor sensación de abatimiento... intento contestarle, pero me veo incapaz de hacerlo. Me cuesta escribir las palabras adecuadas... palabras, ¿eso es lo que habrá entre nosotras a partir de ahora? No, sé que no. Seguiré queriéndola igual o incluso más de lo que la quiero ahora, nunca nadie podrá ocupar su lugar en mi corazón, siempre será mi cherry...
Si estás leyendo esto, quiero que sepas que por muy lejos que estés, siempre nos unirá una fuerte amistad.

TKCL Cherry!!

Autora: JustSmileAndDreams

martes, 28 de agosto de 2012

No tengo miedo a volar...

Sí, lo digo aquí mismo, alto y claro. No tengo miedo a volar... siempre que estés a mi lado. ¿Y sabes por que? Porque tú me haces sentir segura. Siento que mientras esté cerca de ti, estaré bajo tu protección. Si me caigo, ahí estarás tú para amortiguar mis caídas y ayudarme a ponerme en pie. Si extiendo mis alas y logro volar, ahí estarás tú para vitorearme y animarme a seguir mi camino celestial. 

Podría dejar mis alas encogidas junto a mi cuerpo, pero ¿Por que hacerlo sabiendo lo maravilloso que puede ser el futuro tras el intento? No tengo miedo. Tú me das ese valor, esa valentía, ese empujoncito que necesito para intentarlo. ¿Por que ocultar la belleza del coraje? No tengo miedo a volar, no tengo miedo a nada. Siento que a tu lado pudo lograr todo lo que me proponga, que mis sueños pueden hacerse realidad. No encuentro motivos para no extender mis alas y surcar el cielo, buscando esos sueños celestiales y esforzándome por cumplirlos; sabiendo que pase lo que pase siempre me quedarás tú.

Autora: JustSmileAndDreams

domingo, 19 de agosto de 2012

Una confusa realidad

Primera Parte

Rabia, ira... ya no puedo soportarlo. La odio, la odio con todas mis fuerzas. Su cara feucha y redondeada, sus brazos grandes y blandos; su pecho, apenas existente; su pelo atolondrado y estropajoso, imposible de dominar... Veo la debilidad en sus ojos y al instante me descubro detestándola también por esa razón... ha dejado que todo la supere... ¡se ha rendido!
No soporto esa renuncia a la esperanza, a la posibilidad de alcanzar una vida grata y feliz junto a alguien que la quiera... ¡No tolero más su actitud!
Me es difícil creer que haya sido capaz de resignarse así; de escoger tener una existencia triste y solitaria, en lugar de luchar por lo que quiere; por una vida alegre, rodeada de gente que la quiera, que la vea guapa y... delgada...
No soporto verla así. No soporto como me mira con odio, con furia... sin hacer nada salvo dejar que el tiempo pase... Ni siquiera limpia las lágrimas de sus ojos, simplemente deja que se deslicen por sus mejillas, marcando la fragilidad en su rostro... ¡La odio!
Quiero que se vaya, que desaparezca... pero ella sigue ahí, inmóvil, frente a mí... Parece enfurecida, pero sigue dominándola la debilidad...
Siento repugnancia, aversión...
-"Me das asco"-me dice.
No esperaba esas palabras de ella, las lágrimas surcan su rostro y ahora, también el mío... No puedo permitir que me trate así... si quiere pelea, la tendrá.
Levanto el puño, decidida a hacerle pagar por lo que ha dicho, ¿Como se ha atrevido?... sin embargo, ella levanta también el suyo... supongo que a percibido mis intenciones y pretende defenderse, pero... como lo ha hecho tan rápido. Hasta podría decir que incluso ha elevado el puño al mismo tiempo que yo...
No lo pienso más, cojo impulso con fuerza y lanzo un fuerte derechazo hacia ella, observando como ella imita mis movimientos... Noto como mis nudillos llegan a su objetivo, pero me sorprende la firmeza de su piel...
Caigo al suelo, desvalida., confusa por lo ocurrido...  La piel de esa chica era tan fuerte, tan rígida...
"Su puño ha sido más rápido que el mío, ha debido golpearme y habré caído al suelo desorientada"-reflexiono
Me llevo la mano derecha al pómulo, palpando mi cara con cuidado para confirmar los daños. Aparto la mano y me asusto al comprobar la cantidad de sangre que se desliza por la palma... 
"No puede ser, mi cara... estará... destrozada"-pienso horrorizada, imaginando mi rostro quebrado.
Me levanto atemorizada, apoyándome en ambas manos. Un alarido de dolor recorre mi garganta y sale con  fuerza al exterior, produciendo un agudo chillido. Me duele. Miro mi mano ensangrentada, la misma con la que he palpado mi rostro hace unos segundos, la misma con la que he golpeado a esa chica... ¡La chica! Miro a mi alrededor, escrutando cada rincón de la habitación que hace un par de minutos parecía mucho más grande... No está, ha desaparecido. A pesar de que es lo que deseaba, me aterra que se haya esfumado tan rápido... 
"Se habrá asustado, le he dado bien fuerte"-medito.

Vuelvo ha sentir dolor y dejo escapar un par de gemidos. Desvío mi mirada hacia el suelo... Sangre. Toda la moqueta está manchada de ella, como si hubiera habido una batalla campal en la habitación. Observo mi mano derecha de nuevo, intentando comprender por que la rojiza sustancia gotea de ella, cuando es en mi rostro donde está el moratón que esa fulana me ha provocado... 
Súbitamente, me percato de que no es la herida de mi cara lo que me causa el dolor, los gemidos... es más, es como si ella no hubiera llegado a golpearme. Miro por tercera vez mi mano ensangrentada, notando el ardor de la sangre. Instintivamente la llevo hacia mi pecho, sujetándola con la palma de la mano izquierda, que parece intacta... Contemplo mis nudillos rojos, cubiertos totalmente por la sangre y los examino cuidadosamente... algo sobresale de ellos, como pequeñas piezas rojas y... deslizo mi otra mano por la superficie de las piezas...
-"¡Ah!"-exclamo dolorida de nuevo.
Giro mi mano izquierda y observo nuevas heridas en la palma. Vuelvo a analizar las piezas cortantes y afiladas, clavadas en el dorso de mi mano derecha. Agarro uno de ellos con fuerza, intentando no rozar sus bordes para no cortarme... Duele, duele, ¡duele mucho!... lo suelto... las piezas están bien encajadas. Decido no moverlas de su posición y me cubro la mano ensangrentada con una camiseta, hace un instante colgada de la percha metálica de la habitación. Me fijo en otras piezas similares esparcidas por la superficie de la cómoda. Cojo una de ellas y la observo... ¡Es ella! Suelto la pieza que cae al suelo, fraccionándose en cientos de pedacitos minúsculos...
"¡Era ella, lo sé... la he visto!"-pienso paralizada por la impresión.
El miedo recorre mi cuerpo...
"¿Estaba... atrapada?"-me pregunto.
Empiezo a sentirme mareada. El equilibrio abandona mi cuerpo por un segundo y me veo obligada a apoyarme con la mano izquierda en la cómoda. Al estabilizarme, la levando de inmediato. Ha empezado a sangrar igual que la derecha y reparo en los pedacitos de color indeterminado que se han encajado en mi piel... son los mismos que estaban en la superficie de la cómoda... Contemplo como lentamente se van cubriendo de rojo y observo el asombroso parecido con las piececitas afiladas y rígidas, clavadas en los nudillos de mi otra mano...
El constante mareo me impide pensar adecuadamente, pero juraría que todos los pedacitos: los de la cómoda, los de los nudillos y los ahora encajados en la palma de mi mano... juraría que todos ellos provienen del mismo lugar.
Miles de pensamientos acechan mi cabeza: esa insolente, atrapada en ellos... la dureza de su piel, la indolora herida de mi rostro... sus palabras llenas de odio... "Me das asco"...yo había pensado lo mismo sobre ella, pero no había osado a faltarle el respeto de ese modo... o al menos, eso creo...

Las heridas me sangran y apenas puedo mantenerme en pie... un último pensamiento recorre mi mente... sus ojos... estaban llenos de odio, como los míos. Ahora que reflexiono sobre ello, me parece descubrir un asombroso parecido entre nosotras: La misma cara redondeada, los mismos brazos grandes y blandos; el mismo pecho, apenas existente... el mismo sentimiento de soledad en nuestras miradas...
Siento que mi cuerpo se desploma, siento un fuerte golpe primero en la cadera y luego en la espalda... Todo empieza a oscurecerse hasta que el negro es el único color que vislumbro...

domingo, 12 de agosto de 2012

Bajo el control de mis sentimientos

Que equivocada estaba con él... la rabia y la soledad me cegaron y la paranoia se apoderó de mis pensamientos. ¿Como pude creerle capaz de semejante acto de crueldad? ¿Como pude atribuirle tales actos? Me siento tan... tan confundida. Creí que era de un modo y descubro que es todo lo contrario... Sus silencios solo eran la respetuosa respuesta a los míos. Su ignorancia e indiferencia hacia mi persona tan solo eran actos prudentes por la equivocada creencia en mi necesidad de estar sola. Ahora es todo tan distinto... y sin embargo, intuyo que siempre ha sido así y lo que ha cambiado es mi forma de ver y sentir su comportamiento. Me alegra saber que la realidad no tiene nada que ver con el horrible mundo de mi imaginación... un mundo paranoico, ahora súbdito del pasado. 
Ahora que he conseguido retirar esa oscura venda de mis ojos y percibir la realidad tal y como es, me he deshecho de una enorme carga que me atormentaba. Por primera vez, he experimentado un insólito hecho totalmente contrario a lo que suele oírse; y es que, a veces, la imaginación puede ser muchísimo peor que la realidad.

Autora: JustSmileAndDreams

miércoles, 8 de agosto de 2012

"El chico perfecto"... felicidad artificial.


Tras de años de investigación, en busca de la creación perfecta, lo hemos encontrado... Señoras y señoritas, sacado de vuestros más apasionados sueños, aquí llega "El chico perfecto". 
"El chico perfecto" se ajusta a vuestra idea de perfección. ¿Que queréis a un muchacho educado y romántico que os invite a tiernas veladas juntos y os aparte la silla de la mesa con tal de que os sintáis lo más cómodas posibles? Ese, es "El chico perfecto".¿Que preferís un joven rebelde que os eche piropos y os defienda ante cualquier situación, luchando por vuestro honor? Ese, también es "El chico perfecto".  Con tan solo apretar los botoncitos del mando incorporado en su brazo robótico, podréis lograr el prototipo de perfección que deseáis. 

 Su físico, al igual que su carácter, puede ser modificado a vuestro gusto. Con la pantalla digital inalámbrica, incluida en la compra de "El chico perfecto", podréis modificar características como el color de pelo, los ojos, la nariz... Hasta podréis decidir su nivel de musculatura y su edad. 
¿Os gustaría salir con Brad Pit?,  ¿Leonardo Di Caprio, tal vez? Solo tenéis que adjuntar vuestra foto favorita de la persona que queráis que sea la imagen de "El chico perfecto"y podréis disfrutar incluso de la compañía de vuestro actor o cantante favorito.
Con "El chico perfecto" podréis lograr la felicidad que tanto deseáis.  

*La compañía "RobotDreams" no se hace responsable de que no se logre la felicidad deseada. Este pack no incluye "Felicidad", sino "Perfección". Gracias por su compra.
Autora: JustSmileAndDreams

sábado, 4 de agosto de 2012

El filo de tus palabras


La rabia se apodera de ti. Estás muy enfadada. Sientes que lo que ha hecho no está bien. Aún puede cambiar de opinión, aún puede devolverte tu libertad para decidir que es lo que quieres hacer. No vas a consentir que te quite ese derecho.
Con los ojos llenos de furia, te diriges hacia él y al abrir la boca para reclamar lo que es tuyo, miles de palabras salen con fuerza al exterior, sin que nadie pueda detenerlas. Él intenta contraatacar. La discusión sube tanto de volumen que incluso los sordos pueden oírnos. Le dices todo lo que piensas y lo que no piensas también, pero en esos momentos no te das cuenta de lo hirientes que pueden ser tus palabras. Tal vez ni siquiera te das cuenta de que con tus argumentos falsificados estás dañando a alguien a quien le importas y que se toma lo que dices totalmente en serio. Significa mucho todo lo que opines sobre él y aunque no sientas lo que argumentan tus furiosas frases, le preocupa que le veas de ese modo tan miserable. Incluso llega a verse como un triste miserable, creándose una nueva imagen sobre sí mismo influenciada por tus palabras.
Cuando el silencio aparece, te arrepientes al instante de todo lo que has dicho, pero piensas que ya es demasiado tarde para disculparse. Ves el sufrimiento en sus ojos y sientes que no puedes hacer nada para ayudarle.

¿Por que discutíamos?... ya ni siquiera lo recuerdas.
Él ya no está allí. Se ha marchado sin despedirse, con la mirada perdida, pensando en tu falsa opinión que él considera la única y verdadera. ¡Estás tan arrepentida!
Cuando al fin recuerdas el motivo de la discusión, piensas que lo que ha ocurrido ha sido mil veces peor. Podrías haberlo evitado. Te gustaría poder retroceder unos minutos y simplemente darle la razón a él. Su sonrisa se acentuaría y le habrías hecho feliz con tu acuerdo.... Ahora sientes que le has decepcionado, te sientes tan miserable como él al pensar en la discusión y en tus palabras. Te ves incapaz de hacer algo para arreglarlo... ¿Acaso tiene solución? Te sientes sola, muy sola y detectas lagrimas surcando tus mejillas. La habitación se inunda de sollozos.
"¿Tan dificil era decirle que sí, que tenía razón?"-te recriminas. Era mucho más fácil. "Sí", un simple "sí". ¿Tanto te costaba decirlo? Habría sido una mentira, pero una pequeña mentira de 2 letras y no una enorme mentira de falsos argumentos como la que le has soltado.  Sientes unas ganas incontenibles de buscarlo y pronunciar el simple y conciliador "Sí", pero ya es tarde, demasiado tarde....

Autora: JustSmileAndDreams