jueves, 25 de febrero de 2016

Muchas veces me paro a pensar en todas las cosas que he vivido...

Muchas veces me paro a pensar en todas las cosas que he vivido hasta el momento. He tenido muchas situaciones afortunadas y buenas, me he sentido muy feliz... Cosa que, por otro lado, no implica que no haya sufrido. En muchas ocasiones me he sentido triste, he llorado, incluso he tenido ataques de ansiedad y he pronunciado frases del tipo 'Odio mi vida' o '¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?', entre otras muchas. Sin embargo, de todas estas situaciones negativas (que siempre tienen algo de positivo) he aprendido lecciones, las cuales son lo único que queda cuando los sentimientos de angustia y tristeza desaparecen. Así debería ser. Cuando pensamos en momentos duros de nuestro pasado no tiene porque crearnos tristeza, sino que debería ayudarnos a recordar aquello que aprendimos, conocimientos protectores que evitaron y evitan que volvamos a sufrir o a cometer errores.

Respecto a los buenos momentos, quedan grabados recuerdos irremplazables. Pensamos en aquella vez que le contamos nuestro secreto mejor guardado a aquel amigo cercano, o aquella ocasión en la que reímos hasta sentir dolor en las comisuras de la boca... Pensamos en toda la gente que nos hizo sonreír una vez y les recordamos con cariño. Algunas de esas personitas continúan formando parte de nuestras vidas, otras desviaron sus caminos hacia lugares algo más alejados. Pero todas ellas estuvieron a nuestro lado compartiendo momentos, tanto de tristeza como de felicidad, tanto de sus vidas como de las nuestras. Fueron parte importante de historias, recuerdos y experiencias.

Muchas veces me paro a pensar en todas las cosas que he vivido y en la gran importancia que tuvo la gente que intervino. Me gustaría agradecerles todo lo que hicieron por mí. Cada sonrisa, cada abrazo, cada conversación... Y si lo pienso con mayor profundidad, en muchas ocasiones ni siquiera le di importancia a estos gestos, ni siquiera se me pasó por la cabeza que años después los recordaría con tal aprecio.
Por eso, desde hace un tiempo agradezco y valoro mucho más los mínimos detalles. Disfruto de todo lo disfrutable, me siento afortunada de poder contar con buenos amigos y me aporta felicidad cada momento que paso con ellos.


Las personas que alguna vez han estado a nuestro lado y han influido en nuestras vidas, quedan guardadas en nuestros recuerdos, recuerdos irremplazables como ellas mismas.

Alicia JSAD

domingo, 21 de febrero de 2016

Cada persona es un mundo inmenso

Existen múltiples adjetivos destinados a describir a las personas tanto física como psicológicamente, tales como: simpática, guapa, extrovertida, divertida, esbelta, maja, tímida, alocada, sincera, etc.
Del mismo modo, existen ciertas palabras "etiqueta", muchas de ellas usadas de forma peyorativa para clasificar a las personas según sus modales o su aspecto general. Me refiero a vocablos tipo 'snob', 'pija', 'rara', 'tonta', etc
Pues bien, por muchos palabros que utilicemos y por muchas explicaciones que intentemos ofrecer para describir a una persona concreta, no haremos más que equivocarnos. Como mucho, conseguiremos dar una idea algo aproximada de ella; eso en el caso de que seamos objetivos, ya que la idea podría diferenciarse mucho de la realidad según el nivel de subjetividad empleado en la descripción y nuestra relación con la susodicha persona.

Aun dejando a un lado la subjetividad, cualquier descripción resulta distante y ambigua. Cada individuo actúa de una forma determinada según la situación en la que se encuentre y el estado de ánimo que predomine en él en ese mismo momento. Teniendo en cuenta la enorme diversidad de situaciones que pueden darse en la vida de una persona y los diversos estados de ánimo existentes (muchos de ellos causados por situaciones previas) y añadiendo la psicología personal y comportamental de reacción de cada sujeto, resulta extremadamente complicado conocer al completo a una persona o predecir cómo se comportará respecto a una circunstancia dada.

Con todo esto, quiero decir que cada persona es un mundo y es importante dar oportunidad a que se nos muestre antes de juzgar o creer conocerlo. Puede ser muy divertido explorar un nuevo mundo, viajar por sus inmensidades y descubrir aspectos y detalles sorprendentes que en un primer momento pasaron desapercibidos a nuestros 'ojos'. Una aventura en toda regla.

Alicia JSAD


sábado, 13 de febrero de 2016

El punto clave

A lo largo de nuestras vidas encontramos múltiples 'indicaciones' que nos incitan a experimentar y vivir la vida con ilusión, llevar a cabo todas aquellas cosas que nos gustaría hacer, cumplir nuestros sueños y deseos... Frases clásicas del tipo 'Carpe Diem, vive el momento', enunciados de personalidades conocidas como Walt Disney y su famoso 'If you can dream it, you can do it' o estribillos de canciones como es el caso de 'One Day' en el cual escuchamos repetidas veces que un día seremos viejos y pensaremos en las historias que podríamos haber contado. También nos hacen reflexionar sobre la vida, monólogos de cine como el pronunciado por el profesor John Keating (interpretado por Robin Williams) en 'El Club de los Poetas Muertos', en el cual decía lo siguiente: "El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, no alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro y examinándote de la asignatura fundamental: el amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida".


Pues bien, este pequeño extracto de la inmensa colección de sugerencias que nos empujan a disfrutar la vida en todas sus posibilidades, representan la filosofía más acertada que pueda existir en la actitud de cualquier persona. Al menos, a mi parecer, es así.

Cuando eres joven, algunas personas más mayores te dicen que debes centrarte en tus estudios o carrera. "Te queda toda la vida por delante, ya habrá tiempo de disfrutar de la vida, de viajar, de salir a pasarlo bien..." No digo que estén equivocados. En parte, tienen razón y debemos hacerles caso ya que dichas personas suelen aconsejarnos pensando en nuestro bien. No obstante, más tarde también encontraremos gente que nos dirá que nos centremos en nuestro trabajo y volveremos a escuchar eso de "Ya habrá tiempo para...". Y así, centrándonos únicamente en nuestros deberes como ciudadanos, con el paso de los años nos daremos cuenta de que ya no tenemos edad para disfrutar de ciertas cosas, habiendo perdido la oportunidad de vivir experiencias que un día dejamos pasar.

El hecho de disfrutar de la vida, sin embargo, no se basa en dejar a un lado nuestras obligaciones como trabajadores o estudiantes. Existe un punto medio en el cual coexisten asuntos importantes que debemos sacar adelante y experiencias más relacionadas con nuestro disfrute personal. En dicho punto está la clave.

Alicia JSAD

De Vuelta

Vaya, hace casi un año ya que no me paso por aquí. Ha pasado tanto tiempo que incluso me he sentido extraña al entrar y leer algunas de las entradas que escribí. Han pasado muchas cosas últimamente, muchas vivencias, muchos cambios... Supongo que tanta inestabilidad también influye bastante en que vea este blog como si fuera ajeno a mi. Sin embargo, me gustaría retomar lo que un día decidí abandonar. Me gustaría recuperar mi blog, volver a sentir que me pertenece y que lo que escribo en él me representa. Por ello, he decidido volver a escribir y publicar.

Previamente, me gustaría comentar que me será complicado subir entradas semanalmente pero intentaré que haya cierta regularidad en las publicaciones. Gracias por continuar formando parte de este proyecto.

Un saludo,
Alicia JSAD